En Mingueo, corregimiento de La Guajira, la justicia no la aplicó un juez, sino la rabia colectiva. El joven señalado por la comunidad como presunto responsable del asesinato de Shelsy Navarro Ojeda, la niña de tres años hallada dentro de un saco de café, murió antes de llegar a manos de las autoridades.

Su final se definió en las calles, en motos, en una casa de tabla y, finalmente, en un monte donde su cuerpo fue abandonado. Para los habitantes del corregimiento, aquello fue la forma inmediata de responder al horror.

Todo comenzó cuando la comunidad encontró el cuerpo de la niña y, en cuestión de minutos, apuntó hacia un joven que residía en la vivienda donde apareció el saco. Sin esperar confirmación de las autoridades, vecinos y conocidos lo capturaron y lo golpearon en medio de

See Full Page