La serie de alertas emitidas por Naciones Unidas durante las últimas semanas revela un deterioro sostenido de la situación de derechos humanos en Colombia, particularmente en un año atravesado por tensiones políticas y disputas territoriales. Las cifras entregadas por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos muestran que la violencia contra líderes comunitarios, defensores de derechos humanos y actores políticos no solo persiste, sino que se intensifica en zonas donde el control de los grupos armados es más profundo.

El caso que reactivó la preocupación internacional fue el asesinato de Darlis Arcia, lideresa campesina y reconocida impulsora de procesos de organización rural en El Roble, Sucre. La mujer fue atacada por sicarios que se movilizaban en motocicleta cuando reg

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