La capacidad de hacer fuego fue un punto de no retorno para la evolución humana . Esta habilidad nos dio libertad para elegir dónde acampar, nos protegió de los depredadores y del frío, mejoró nuestra alimentación y contribuyó a crear vínculos y estructuras sociales.

Ahora, un equipo internacional de científicos liderado por Nick Ashton y Rob Davis del Museo Británico descubrió en Suffolk (Reino Unido) pruebas de que hace más de 400.000 años los humanos podían hacer fuego deliberadamente.

Enterrados entre la arcilla de una cantera en desuso en Barnham, Suffolk, los científicos encontraron sedimentos cocidos, hachas de sílex destrozadas por el calor y dos trozos de pirita -una piedra utilizada para hacer chispas y prender la yesca- que fueron fundamentales para hacer el fuego

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