La respiración es un acto automático pero la forma en que se realiza determina mucho más que la simple entrada de oxígeno. La respiración oral crónica es un problema frecuente y a menudo subestimado, especialmente en niños .
Cuando, por obstrucciones respiratorias o hábitos adquiridos, un niño respira por la boca, su rostro comienza a adaptarse a esta mecánica anómala, provocando cambios en la cavidad oral como paladares estrechos, mordidas abiertas y mandíbulas poco desarrolladas, y también cambios músculo-esqueléticos faciales y posturales . Hay evidencias de que la respiración oral mantenida durante el crecimiento da lugar a lo que se conoce como ‘cara alargada’ : un rostro más estrecho, mentón retraído, ojeras o mejillas hundidas.
Esta transformación ocurre de manera gradual,

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