A principios de diciembre, el gobernador Axel Kicillof consiguió la aparentemente imposible autorización parlamentaria para adquirir financiamiento externo y así refinanciar pagos de deuda. Pero ese camino, que parecía despejado, volvió a tornarse pantanoso —casi intransitable— a causa del gobierno de Javier Milei.
La Casa Rosada no ha dado muchos detalles, pero ya anticipó que no está dispuesta a acompañar nueva toma de deuda por parte de la provincia de Buenos Aires. Incluso, la administración nacional envió dos señales negativas —aunque divergentes— sobre el tema.
El titular de Hacienda, Luis Caputo, sostuvo que, según la Ley de Responsabilidad Fiscal, “las provincias se comprometen a tomar deuda siempre y cuando los gastos corrientes superen la inflación. Buenos Aires no está cumplie

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