La devoción se desbordó anoche en la Basílica de Guadalupe en Chihuahua, donde las tradicionales mañanitas y la misa de gallo reunieron a cientos de fieles, en un ambiente de intensa emoción y profundo fervor guadalupano.

El rector del recinto, Pbro. Ernesto Guerrero, destacó que este año la celebración registró un crecimiento notable, con una participación “extraordinariamente fructífera” y una afluencia de peregrinos que superó todas las expectativas.

Guerrero señaló que la Basílica se está consolidando como un punto de encuentro espiritual, donde los fieles buscan consuelo en la “mirada maternal de María”.

Añadió que uno de los objetivos principales es que esta fiesta se convierta progresivamente en una celebración de toda la diócesis, por lo que se ha invitado a más sacerdotes y com

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