Una niña de 12 años perteneciente a la comunidad wichí se encadenó esta semana en la Ciudad Judicial de Tartagal, en el norte de Salta, al sospechar que las autoridades buscaban interrumpir su embarazo de cinco meses, el cual es resultado de un abuso sexual. La niña tomó esta medida porque interpretó erróneamente que la citación judicial que había recibido implicaba forzarla a un aborto.

El caso se enmarca en una investigación penal impulsada por el Poder Judicial de Salta contra un joven de 19 años acusado por el delito de abuso sexual con acceso carnal. La denuncia fue presentada por la fiscal penal de Violencia de Género de ese distrito, tras un hecho de violencia sexual ocurrido en un paraje donde habita la comunidad wichí.

Confusión sobre la declaración testimonial

La niña había si

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