Omar García Harfuch puso el dedo en la herida que más le arde al gobierno: la extorsión. Reconocen que es el delito que no han logrado frenar, el que más desgaste político genera y el que más presión trae encima a la nueva administración. Pues ahora Harfuch salió con una jugada que está levantando murmullos: apagar la telefonía en 27 penales del país. Anunció que para el primer trimestre de 2026 quedará bloqueada la señal en todos los penales federales y los de la CDMX, porque desde ahí salen miles de llamadas de cobro de piso, amenazas y fraudes. En corto, varios funcionarios admiten que esta movida es un mensaje directo: si no cortan ese flujo de extorsiones, la crisis de seguridad se les puede desbordar. Y por eso Harfuch quiere apagar, de tajo, la “centralita” desde donde opera medio

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