Ciudad de México.- México atraviesa una creciente crisis de ciberseguridad que ha puesto en evidencia deficiencias profundas en los sistemas informáticos de gobiernos estatales y municipales. Las constantes filtraciones de bases de datos, hackeos con fines de extorsión y ataques de ransomware contra instituciones públicas muestran que la infraestructura digital gubernamental opera con serias brechas de seguridad.

Expertos en la materia señalan que la ausencia de controles técnicos y normativos sólidos facilita que información sensible termine en manos de organizaciones criminales. Los incidentes recientes reflejan un patrón repetido: configuraciones inadecuadas, falta de mantenimiento, escasa capacitación al personal y un marco legal incompleto que no establece con claridad las obligacion

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