Por: Tim Hornyak

Si entras en cualquier baño público de Japón es probable que te envuelva un paisaje sonoro. No, no es el que estás pensando. Se trata de un murmullo de agua corriente, quizá salpicado de alegres gorjeos y cantos de pájaros, y su finalidad es transformar el espacio en un simulacro auditivo de la naturaleza, perfecto para responder a su llamado.

Estos dispositivos son comunes en los baños femeninos japoneses desde hace años , tanto para ocultar ruidos no deseados como para ahorrar agua: en 2016, una encuesta del periódico Nikkei descubrió que las mujeres jalaban la cadena una media de 2,3 veces sin un dispositivo de sonido y 1,5 veces con uno.

Ahora están encontrando nuevos públicos en todo el espectro de género, en oficinas, centros comerciales y otros espacios público

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