En la era digital, plataformas como Roblox han transformado la infancia de millones de niños. Con más de 70 millones de usuarios diarios, este universo virtual promete creatividad, juegos y socialización. Sin embargo, detrás de la fachada colorida se esconde un lado oscuro que lo convierte en una “droga sintética digital”: adictiva, accesible y destructiva para el desarrollo infantil. Recientemente, Rusia lo prohibió por completo, citando materiales extremistas y contenido inapropiado que afecta el desarrollo moral de los menores. Esta medida es significativa en un mundo donde Roblox es omnipresente: en entornos populares, segrega a los niños que no juegan, ya que pasan fines de semana enteros inmersos, y las conversaciones escolares del lunes giran en torno a lo sucedido en el juego, gene

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