La asunción de Leonel Chiarella como presidente de la UCR se dio en un clima atípico para la liturgia radical : no hubo cruces, reclamos ni las clásicas acusaciones de interna. Todo se resolvió en pocas horas y el ambiente fue, incluso, familiar. Tan distendido fue el evento que nadie controlaba el ingreso al sector de los delegados. “Ya entra cualquiera”, bromeaban algunos , que también advertían por la ausencia de dirigentes de peso. El único contrapunto que se despertó fue con Alfredo Cornejo y Leandro Zdero , quienes decidieron no integrar la mesa de conducción.

“Decile a Cornejo: ‘Afuera’” , expresó exaltado un viejo operador radical cercano a Gerardo Morales , en un tono que imitó el clásico grito de Javier Milei. Al gobernador mendocino lo acusan de querer “entregarl

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