Las Cámaras de Diputados y Senadores aprobaron unánimemente sin abstenciones ni votos en contra la Ley General de Economía Circular. Considero que se trata de un gran logro para transitar del modelo lineal de “usar y desechar” hacia procesos más limpios y una mayor protección ambiental.

Lo que más destaco es el aspecto de que esta Ley se construyó mediante un proceso transversal de diálogo con el sector ambiental, diversas instituciones federales y múltiples organizaciones e industrias involucradas.

Su relevancia radica en colocar al medio ambiente al centro de las decisiones, al priorizar las acciones de reducir, reutilizar, reparar y reciclar por encima de la termovalorización o del envío de residuos a rellenos sanitarios, que quedan como últimas opciones en la jerarquía. Desde esta pe

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