Durante años se pensó que los libros digitales se desplazarían por completo al papel. Sin embargo, ocurrió algo más interesante: ambos formatos conviven y se potencian. La lectura digital se ha convertido en un punto de entrada para nuevos lectores, mientras que el libro físico mantiene su arraigo emocional y cultural.

La lectura en dispositivos ofrece una portabilidad sin precedentes. Cientos de títulos pueden viajar en un solo aparato, lo que facilita acceder a obras que antes requerían bibliotecas enteras. Las herramientas de resaltado, diccionarios integrados y opciones de personalización permiten adaptarse a distintos estilos de aprendizaje. Muchas personas que antes no podían leer cómodamente por falta de luz o por tamaños de letra reducidos se encuentran en el formato digital una s

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