La noticia de la muerte de Héctor Alterio este sábado 13 de diciembre en Madrid no solo enluta al cine argentino e hispanoamericano, sino que rescata del inconsciente colectivo una de las frases más icónicas y perdurables de la cinematografía nacional: "¡La puta que vale la pena estar vivo!". Un grito de corazón que, nacido en el film Caballos Salvajes (1995), trascendió la pantalla para encapsular el sentimiento de toda una generación frente a la adversidad.

El actor, legendaria figura marcada por el exilio y consagrada por filmes como La historia oficial y La Patagonia rebelde, encontró en este road movie dirigido por Marcelo Piñeyro un personaje que resonaría de manera singular: José, un viejo anarquista que, junto a un joven empleado bancario (Leonardo Sbaraglia) y una mujer solidaria

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