CAMPECHE, CAMP. La fe guadalupana se desbordó en la capital y no hubo contención. Cientos de campechanos transformaron la avenida Miguel Alemán en un río incandescente de devoción durante la noche del 11 y madrugada del 12 de diciembre, en una celebración masiva a la Virgen de Guadalupe que fue mucho más que una fiesta religiosa: fue un clamor popular por la paz y la unidad.

Antes de llegar al Santuario Diocesano Mariano de Nuestra Señora de Guadalupe, cantos, porras y motores rugieron, pues la ciudad se volcó para celebrar primero con una caravana que mezcló autos, motos, bicicletas y hasta camiones de transporte adornados con luces navideñas y globos, imágenes de la morenita, toda una explosión de fervor que hizo vibrar las calles.

Antorchistas también hicieron su parte, decenas reali

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