La muerte de Robe de Extremoduro ha vuelto a demostrar la sideral distancia con la que una sociedad vive sus acontecimientos culturales. A pesar del evidente éxito de Robe con banda y sin ella, que ha llenado recintos y agotado entradas desde hace muchos años, una no despreciable parte de personas supuestamente informadas de 45 años en adelante manifestaban en redes sociales -ahora en redes sociales hay que lamentar que ha muerto alguien y también tirarse el moco de que no lo conocías, como si ese dato fuese importante- d esconocer por completo la importancia del tal Robe en la música española de los últimos 30 años, lo que también es un síntoma de qué clase de música es elevada a la categoría de mainstream por los principales medios.

La mañana en que se conoció su fallecimiento,

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