No fue solo el brillo de los diamantes en su corona lo que iluminó los pasillos del Hospital del Niño este fin de semana, sino la calidez de una palabra empeñada y cumplida. Fátima Bosch Fernández , Miss Universo 2025, regresó a su tierra natal no solo como la mujer más bella del mundo, sino como la amiga que no olvida sus raíces ni sus promesas.
Una promesa de vida: El reencuentro más esperado
Antes de partir rumbo al certamen internacional, la originaria de Teapa visitó a un pequeño guerrero que lucha contra el cáncer.
En aquel entonces, entre juegos y esperanza, sellaron un pacto de honor: él pondría todo su esfuerzo en sus quimioterapias y ella regresaría a Tabasco con la corona.
Horas antes de su gran desfile triunfal, Fátima cumplió su parte. Al reencontrarse con el menor, amb

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