La creciente escasez de agua es uno de los desafíos más urgentes a nivel mundial. En diversas regiones del planeta, los fenómenos climáticos extremos, el aumento de temperaturas y la sobreexplotación de acuíferos han reducido drásticamente la disponibilidad de este recurso tan valioso para el ser humano.

México no es ajeno a esta realidad. En los últimos años el país ha tenido que hacer frente a sequías cada vez más severas y que afectan tanto zonas rurales como a los grandes centros urbanos. Esta situación pone en evidencia la fragilidad en el sistema de abastecimiento y la vulnerabilidad a la que están expuestas miles de personas ante la disminución de las fuentes de agua.

Frente a dicho escenario, la población en México se ha visto obligada a adaptarse. Cada vez más familias monitorea

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