“La puta que vale la pena estar vivo” , grita José, el personaje de Héctor Alterio , en la escena famosa de . Ni cerca la mejor película de la que formó parte, pero desde su estreno, en 1995, hace 30 años, la frase que quedó como una de las más recordadas del cine argentino reciente . La que aparece en todos los clips compilatorios y la que terminó por identificarlo, como si hablara de su propia vida. Desde la seriedad o la humorada, el semblante duro o la sonrisa, las dos caras de la interpretación actoral de las que se reía, y hacía reír, en mesas de amigos, en España, su segunda y definitiva casa.
Alterio tenía un gran sentido del humor, un rasgo de su inteligencia, acaso menos conocido por el gran público . El otro, su autoconciencia, su profunda modestia de trabajador de l

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