Antoine Griezmann, genio, figura y leyenda del Atlético de Madrid, volvió a frotar la lámpara en el momento justo. A poco más de un cuarto de hora del cierre ante Valencia, hizo explotar al Metropolitano con una obra de arte: control exquisito dentro del área tras un centro perfecto de Pubill y definición de zurda a la red. Golazo, victoria rojiblanca y tres puntos clave para seguirle la pisada al líder Barcelona.
El partido había arrancado torcido para el equipo de Diego Simeone. Apenas 21 segundos y un error grosero de Giuliano Simeone casi termina en gol de Hugo Duro, que estrelló la pelota en el travesaño de Oblak. Fue un aviso. Poco después, otra desatención defensiva volvió a encender alarmas y el “Cholo”, furioso, no disimuló su bronca.
El Atlético salió desconcentrado, pero el de

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