Xabi Alonso llega a Mendizorroza sabiendo que no se trata de un partido más. Puede ser el último. El encuentro ante el Alavés se ha convertido en un punto de inflexión para el entrenador del Real Madrid, que se juega su continuidad en el banquillo blanco en un contexto de urgencias deportivas y decepción interna . No hay margen de maniobra. La sensación es que el crédito se ha consumido y que, incluso una victoria, puede no ser suficiente para disipar las dudas de una directiva que considera que el técnico no ha logrado trasladar sus ideas al equipo ni plasmarlo en el juego.

Los números, en su contra

El Real Madrid solo ha ganado dos de sus últimos ocho partidos y atraviesa una dinámica que contrasta con el arranque del curso, cuando llegó a disponer de cinco puntos de ventaja sobre

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