Cuando el verano se instala y la pileta vuelve a ser protagonista, reaparece también el desafío de mantenerla transparente, sin algas y sin ese tono verdoso que arruina cualquier chapuzón. Sin embargo, cada temporada se repite la misma historia: los químicos especializados aumentan de precio y el mantenimiento se vuelve cada vez más pesado. Ante ese panorama, muchos propietarios están recurriendo a una alternativa inesperada que, aunque suene simple, funciona mejor de lo que parece.
Se trata de un truco casero muy utilizado por quienes buscan resultados rápidos sin invertir demasiado dinero: el uso de bicarbonato de sodio, un producto económico, accesible y ampliamente conocido por su capacidad para limpiar superficies, neutralizar olores y equilibrar el pH del agua. Pero su verdadero p

MINUTO NEUQUÉN

AlterNet
The Conversation
Mediaite
The Week
The Oregonian Public Safety
Martinsburg Journal
5 On Your Side Sports
ESPN NBA Headlines
New York Magazine Intelligencer