Un gigante alado, el “dragón de la muerte”, cruzó los cielos del actual territorio de la Argentina hace 85 millones de años. Fue uno de los mayores pterosaurios conocidos y tenía una envergadura comparable a la de una avioneta y huesos muy livianos, lo que lo hacía tan sorprendente como frágil.

Los restos fósiles de dos ejemplares, hallados en la Formación Plottier, llamaron la atención no solo por su tamaño, sino por el excelente estado en que se encontró parte del esqueleto.

“El descubrimiento de los fósiles ocurrió en sedimentos rojizos de antiguos ríos y barreales de la provincia de Mendoza”, contó a Diario RÍO NEGRO el paleontólogo Leonardo Ortiz David, del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas y del Museo y Laboratorio de Dinosaurios de la Universidad Nacional de Cuyo.

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