El fútbol suele ofrecer episodios casi paranormales por aquello que se producen en ciertos partidos desenlaces que se salen de la lógica. Uno de ellos se produjo en Balaídos hace ya 24 años dentro de la décimo segunda jornada de liga, cuando el Athletic de la segunda etapa de Jupp Heynckes en el banquillo se llevó los tres puntos de un encuentro que parecía lo tenía perdido con el 2-0 a falta de seis minutos para la conclusión, pero en ese empuje final los leones, en superioridad numérica tras la expulsión del celtiña Velasco, se desmelenaron hasta tal punto de voltear el marcador ante la sorpresa de propios y extraños con tres goles prácticamente consecutivos ante la euforia de los rojiblancos y la desolación de aquel Celta de los Karpin, Mostovoi, Catanha, Gustavo López y compañía,

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