Cuando hablamos de ciberataques solemos imaginar a un hacker encapuchado robando información por puro desafío técnico. Pero la realidad es mucho más incómoda: los datos se roban porque alguien los compra, y muchos otros se obtienen sin necesidad de robarlos.

Detrás de cada filtración masiva existe un mercado estructurado, con precios, intermediarios y objetivos claros. Un mercado donde conviven actores ilícitos, empresas que operan en zonas grises, intereses geopolíticos… y decisiones cotidianas que tomamos sin ser conscientes de su impacto.

El mercado negro de los datos: una economía paralela

Los datos personales y corporativos se han convertido en una materia prima. Cuanto más completos, actuales y verificables, mayor es su valor. No todos los compradores buscan lo mismo, pero todos b

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