Quejarse de los árbitros es más viejo que la tos. No existía el fútbol y algunos ya levantaban la mano pidiendo fuera de juego. Es incuestionable. Tanto como afirmar que el Granada está siendo claramente perjudicado esta temporada por las decisiones arbitrales. Llámennos quejicas o llorones a los que protestamos. Lo asumimos. Pero respeten nuestro derecho a levantar la voz, que es justo lo que no hace el club ante la anómala situación.

Los fallos que perjudican al Granada esta temporada dan para estar escribiendo un rato largo. Y lo que más jode es el diferente criterio: lo que una semana no se pita a favor, en el siguiente partido sí se señala en contra, cayendo siempre la moneda del mismo lado, que es el que fastidia a los de Pacheta .

Empezó la temporada con varias expulsiones en

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