A José Guerrero, alias “goyo”, lo madrugaron en su casa de la calle Miranda, también conocida como calle de la EFE, en la capital deltana.
El día que llegó a Tucupita, menos de 24 horas después de ser expuesto en los medios de comunicación social de Trinidad y Tobago, como el presunto homicida de un adulto mayor, fue atrapado.
Coloquialmente hablando, se bajó de la lancha, siendo esperado por los indestructibles de la Dirección de Investigación Penal de Polidelta, a las puertas de su vivienda.
La somnolencia que arrastraba luego de escapar a toda velocidad de la isla caribeña, desapareció como por arte de magia.
El futuro con “plata” que había imaginado luego de supuestamente asfixiar con su correa a Richard Le Gere, prestamista y casero de 64 años, a quien arrendaba una habitación, se