Análisis de Simone McCarthy
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, –apenas unos días después de iniciar su segundo mandato– comenzó a imponer aranceles a China por su papel en el flujo de opioides mortales como el fentanilo a Estados Unidos, el mensaje de Beijing ha sido claro.
La crisis del fentanilo es “un problema de Estados Unidos”, dijeron repetidamente los funcionarios chinos y China ya ha realizado un “tremendo trabajo” para abordar el tema.
“Estamos dispuestos a cooperar de forma práctica con Estados Unidos sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo. Dicho esto, nos oponemos firmemente a que Estados Unidos presione, amenace y chantajee a China con el pretexto del problema del fentanilo”, declaró un portavoz en marzo, después de que los aranceles de Trump a