Acapulco (México), 6 jun (EFE).- Esperanza Rubiano es una de los casi 10 millones de adultos mexicanos que recibe remesas desde Estados Unidos, un promedio de 300 dólares al mes, un dinero que teme que podría reducirse significativamente ante la propuesta que discute el Congreso estadounidense de aplicar un impuesto del 3,5 %.

Rubiano remarcó a EFE que esos ingresos de las remesas, que su hermana les envía mensualmente a su padre y a ella, otorgaban “tranquilidad” a las finanzas familiares y con ellos “la economía se nivelaba”.

“Ya ahorita es algo más preocupante porque es algo que tenemos como base en casa para, con este apoyo, solventar mas gastos, y pues ya ahora nosotros tenemos que preocuparnos más”, agregó desde su vivienda en Acapulco, en el sureño estado mexicano de Guerrero.

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