Nueva York, 8 jun (EFE).- La abrupta ruptura entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el actualmente hombre más rico del mundo, Elon Musk, encamina su relación a un escenario donde ambos tienen que perder: nuevas dudas sobre el recorrido de su megaproyecto fiscal para el primero, y gran impacto económico en el imperio tecnológico del segundo.
Hasta el jueves, Trump y Musk habían colaborado estrechamente, el empresario sudafricano incluso donó más de 250 millones para la reelección del republicano y se llamaban mutuamente “amigos”, pero la salida del magnate del Departamento de Eficiencia Gubernamental empezó a plantear dudas sobre su relación que se consumaron hace tres días.
Musk intensificó sus ataques contra el bautizado por Trump como “gran y hermoso” proyecto de ley qu