El tránsito de Júpiter por Cáncer marca un momento de expansión emocional, sanación ancestral y retorno al hogar interno. Cuando el gran benefactor del zodíaco se encuentra con el signo del útero, es un tiempo para reconectar con nuestras bases afectivas, honrar la historia familiar y encontrar sentido en los lazos que realmente importan. Bajo esta influencia, crecemos hacia adentro.

Entre junio de 2013 y julio de 2014, Júpiter cruzó el signo de Cáncer y dejó huellas emocionales profundas tanto a nivel personal como colectivo. Este tránsito no solo activó temas relacionados con el hogar, la familia y la pertenencia, sino que también coincidió con movimientos globales que pusieron en primer plano la identidad, y la protección.

Fue una etapa donde el crecimiento no se midió en números, sin

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