Jesús David Gómez Marcano preparó cuidadosamente su coartada. Conocía perfectamente la casa, se supone que había ido a escondidas en otras ocasiones, sin reparar en que poco antes fuera objeto de una orden de alejamiento y proyectó el crimen.

La madrugada del viernes 3 de marzo lo ejecutó, considerando que una de las personas que más lo amó, sacrificándose indeciblemente por él, debía pagar una deuda.

Deuda que solo Gómez percibía, ya que el hecho de someterla continuamente e incluso golpearla, en esa psiquis retorcida era parte de sus derechos.

Una vez que Yvonne decide dejarlo, comenzó su verdadero calvario, presagiando el oscuro final, un dramático cierre tejido a puñaladas.

Luego de mancharse las manos de sangre, sin inmutarse ni dejarse invadir por los nervios, hizo acopio de fria

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