Un análisis desmonta conceptos erróneos de resucitación arraigados en el imaginario colectivo y enfatiza la importancia de las compresiones torácicas inmediatas ante una parada cardíaca

Fue en un partido Sevilla-Getafe, en el agosto de 2007. Rondaba el minuto 30 cuando el futbolista Antonio Puerta , de 22 años, se desplomaba en el campo, a pocos metros de la portería. Millones de espectadores presenciaron la escena en directo, desde el estadio o a través de sus televisores. Esos segundos eternos, la confusión y la respuesta inmediata de sus compañeros, que se lanzaron a socorrerlo abriéndole la boca y metiéndole los dedos con la intención, se explicó luego , de que “no se tragase la lengua”. Puerta recuperó la consciencia a los pocos segundos y salió del campo por su propio pie, pero

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