Entre 2019 y 2023, más de 4.700 mujeres, niñas y adolescentes venezolanas fueron rescatadas de redes de tráfico humano. Este alarmante dato fue presentado durante el VI Seminario sobre Trata de Personas, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas y el Centro de Derechos Humanos de la UCAB, en colaboración con diversas organizaciones.

El seminario se llevó a cabo en Caracas, justo antes del Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora el 30 de julio. Este crimen transnacional afecta mayoritariamente a mujeres, y muchas de las víctimas son venezolanas en un contexto de migración irregular masiva. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha calificado la trata de personas como una "lacra mundial perpetrada por la delincuencia organizada", con un aumento constante en el número de víctimas cada año.

Durante el evento, se discutieron los desafíos que presenta este flagelo, así como sus manifestaciones relacionadas, como la esclavitud moderna y la explotación sexual y laboral, tanto dentro como fuera de Venezuela. La directora del CDH UCAB, Carla Serrano, destacó la importancia de la colaboración entre la academia y las organizaciones no gubernamentales. "Lo ideal hubiera sido tener aquí a representantes del Estado para conversar, dialogar y discutir este tema porque es un flagelo que nos interpela a todos", afirmó Serrano.

Eumelis Moya, coordinadora de la oficina del CDH UCAB en Guayana, advirtió sobre la naturalización de distorsiones que normalizan la esclavitud moderna en el contexto de crisis multidimensional que vive Venezuela. Moya señaló que la falta de regulación y control social permite que prácticas abusivas se perpetúen sin consecuencias.

El CDH UCAB identificó que las rutas de la esclavitud moderna en Venezuela incluyen vías interestatales en los estados Bolívar, Anzoátegui y Nueva Esparta. Factores como la minería y el turismo facilitan el crecimiento de redes de explotación laboral y sexual, afectando a niños, niñas, adolescentes y mujeres vulnerables. Moya concluyó que "llegó la hora de proponer normas y avanzar hacia nuevos paradigmas" para combatir este fenómeno.