Probablemente, a más de alguno le dará lo mismo. Que son temas del globalismo, en este caso ambientalista. Que no es cierto, que cada persona (o país) hace lo que quiere y que lo importante es crecer, crecer y crecer. No importa el costo, ya que la naturaleza y los seres humanos del futuro pagarán la cuenta.
La aprobación de la Ley de Autorizaciones Sectoriales en Chile , llamada desde el desarrollismo radical “de permisología” (sí, existe un radicalismo productivista), no es solitaria golondrina de una noche de verano. Tampoco veranito de San Juan extractivista. Es parte de una lógica que recorre el planeta y lo arrasa. Incluido nuestro subcontinente.
Hasta hace un tiempo, como región (latinoamericana, aunque al chovinismo patriotero nacional y local no le guste la homologación co