El tiroteo ejecutado por Shane Tamura en Nueva York, en el que mató a cuatro personas antes de quitarse la vida, tenía por objetivo las oficinas de la NFL, reabrió la discusión sobre el riesgo de lesiones cerebrales en deportes de contacto. Un tema acuciante para la liga, que incluso indemnizó con alrededor de mil millones de dólares a más de 4 mil 500 ex jugadores que reclamaban daños y perjuicios por secuelas de traumas cerebrales. En la nota que dejó el tirador, quien practicó este deporte en secundaria, afirmó que padecía Encefalopatía Traumática Crónica (ETC), enfermedad neurodegenerativa asociada a golpes constantes en la cabeza.

De acuerdo con una investigación del Centro para el Estudio de la Encefalopatía Traumática de la Universidad de Boston, se encontraron signos de ETC en 92

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