Por esas rutas donde el turismo no dejó huella, sin souvenirs ni filas , en un Perú de niebla espesa, silencio y caminos que cortan la montaña, se esconden dos joyas para los viajeros que prefieren los bordes del mapa. Se llaman Kuélap y Choquequirao, y aunque no son parte del circuito clásico, llevan en su arquitectura el peso de civilizaciones que construían como si el mundo no fuera a acabarse nunca.
Pero también está la otra postal, la más famosa, la que es imposible no nombrar. Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo. Los viajeros que viven en Río Negro y Neuquén, según las agencias de viajes locales, buscan combinar cultura, historia y paisajes , y Perú se transformó en un destino estrella.
Desde la sucursal de Almundo en General Roca confirman que la mayoría de las