Están los mapas ardiendo en los telediarios, como si nunca hubiera hecho calor en España. Antes los atlas del tiempo eran normales. Ahora se pelean entre las cadenas por ver quién pone un rojo más incandescente. Las olas de calor se llamaban hace diez años verano. Y en verano siempre había olas de calor. Unos julios más y otros menos. Este pasado ha sido fresco, pese a lo cual entramos en agosto como si fuese a ser el último. Así nos pinta la historia Sánchez, mientras veranea gratis en La Mareta, el palacete que don Juan Carlos donó al Patrimonio del Estado, para uso exclusivo de nuestro timonel.

La verdad es que aquí hace calor, pero nada comparado con los 50 grados de Hermosillo y Mexicali. Se le acercan El Cairo, Teherán, Bangkok y Las Vegas, aunque en Phoenix tuve ocasión de comproba

See Full Page