No hace mucho, los Marlins caminaban con el pecho inflado.
A cababan de barrer a los Yankees en Nueva York, se llevaban una serie ante unos Cerveceros de Milwaukee que no regalan nada y, por un momento, parecían ese equipo que muchos soñaron ver en octubre.
El ánimo era alto, las entrevistas hablaban de “química’’ y “confianza’’, y hasta el dugout respiraba cierta arrogancia competitiva.
Pero en el béisbol, los espejismos no duran mucho. ¿O sencillamente se trata de un mínimo bache en el camino antes de la recuperación?
“Hay que venir en la mañana porque hay un juego que ganar’’, expresó el manager Clayton McCullough sobre lo que les diría a sus peloteros.
“No nos ha ido bien en las primeras dos noches. Nos han vencido. Pero trataremos de ganar, salvar el momento y llegar en mejor f