Botellas vacías, pilas de papeles, ropa sin uso, tazas rotas o juguetes viejos. Lo que muchos desechan sin dudar, otros lo conservan con angustia. Se trata del síndrome de acumulación compulsiva , un trastorno psicológico que afecta al menos al 2,6 % de la población mundial y que puede deteriorar gravemente la vida cotidiana, las relaciones personales y la salud mental.

Aunque suele confundirse con el desorden, la acumulación compulsiva no es una simple falta de organización : es una afección clínica caracterizada por la incapacidad persistente de desprenderse de objetos, sin importar su valor. Esto puede provocar que los espacios del hogar sean inutilizables, afectando incluso la seguridad de quienes habitan allí.

Un trastorno más común de lo que parece

Según la Asociación Estadoun

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