Desde hace décadas, la contaminación provocada por la actividad humana ha alterado profundamente los ciclos naturales del clima, poniendo en peligro la regularidad y existencia misma de las estaciones del año tal como las conocemos hoy en día. Por imposible que parezca, este escenario cada vez se acerca más a la realidad y en algunas zonas concretas ya está sucediendo . Las consecuencias que se auguran podrían ser fatales.
La progresiva desaparición del ritmo estacional es una señal clara de que el planeta está perdiendo su equilibrio climático. Según estiman los científicos, si no se toman medidas urgentes, podríamos enfrentar un futuro en el que las estaciones se conviertan en, tan solo, un recuerdo del pasado . La ventana del cambio todavía queda entreabierta pero, con motivo de la