Luis Ortiz no está retirado. No está acabado. No ha perdido el deseo ni la forma.
Lo que sí ha perdido —según Germán Caicedo, su entrenador de siempre— es el respaldo de una industria que prefiere evitar el riesgo antes que enfrentar el talento.
A sus 45 años, el veterano peso completo cubano todavía mantiene viva la esperanza de volver al ring antes de que termine el año.
Caicedo, una de las voces más respetadas del boxeo en Estados Unidos, no se guarda nada. Desde su gimnasio en Miami, analiza con mirada técnica la última victoria de Oleksandr Usyk, defiende a capa y espada a su pupilo “King Kong’’ y se muestra entusiasmado con el potencial de Gustavo Trujillo, otro peso pesado que comienza a llamar la atención en el profesionalismo, ahora bajo el manto de TKO Boxing, la promotora vin