BUENOS AIRES — Cuando la necesidad apremia, las manos sobre la imagen del santo se multiplican.
Varios cientos de fieles se congregaban el jueves en el santuario de San Cayetano de Buenos Aires para rezarle al santo católico del trabajo, mientras desafiaban el frío en busca de una ayuda divina justo en momentos en el que el miedo a la desocupación escala entre las preocupaciones de la población por las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.
Desde las primeras horas del día, los devotos formaban una larga hilera sosteniendo espigas de trigo con estampitas del santo y sobrellevaban la espera con bebidas calientes y un trozo de pan que repartían voluntarios. Al ingresar a la iglesia, se dirigían hacia la imagen de San Cayetano, protegida por un vidrio antivandálico, donde apo