A sus 100 y 98 años, Quico y Esperanza recuerdan perfectamente la etapa de su juventud en la que vivieron en clandestinidad como guerrilleros antifranquista s y reivindican el papel de tantos hombres y mujeres que, como ellos, lucharon a favor de la libertad, con el deseo de que su memoria siga viva, informa Sol Carreras, de la agencia Efe. Quico y Esperanza comparten el mismo apellido (Martínez) y similares vivencias, aunqu e no se conocieron como maquis, sino años después, trabajando a favor de la memoria en organizaciones como la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE).

Pese a su avanzada edad, los dos últimos exguerrilleros antifranquistas vivos mantienen la mente lúcida y gozan de buen aspecto físico, pero no salen de casa porque apenas pueden caminar. Por eso, han atendido a EF

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