Ramón dedicó su larga vida a la psicología de la salud y los cuidados paliativos, a intentar comprender al ser humano como un viaje único, y a acompañarlo en su sufrimiento, hasta el final de la vida

En Barcelona, se nos ha muerto como del rayo Ramón Bayés, con quien tanto queríamos. Se apropió de su muerte con la misma curiosidad que practicó como un niño toda su vida, bellamente cumplida a punto de los 95 años.

A Ramón le gustaban las lobelias, las Variaciones Goldberg interpretadas por Glenn Gould y los últimos versos que encontraron en un papel arrugado en el bolsillo de Machado, poco antes de morir: “Estos días azules y este sol de la infancia”. Tomen nota.

Enamorado del cine, una de sus escenas favoritas era el final de la película de John Huston Los muertos , en la que cae la

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