Detrás del esquema se encuentra una red bien armada: el SNTE 33, que promueve y respalda el fideicomiso; la SEGEY, que permite descuentos sin revisión; y jueces mercantiles que autorizan embargos exprés a cientos de maestros.

Una maestra denuncia que, pese a haber saldado gran parte de su deuda, su cuenta fue “reiniciada”. La explicación fue brutal: el pagaré sigue vigente y fue vendido. El dinero que ya pagó “no cuenta”. “No hay forma de saber a quién le estás pagando, ni a dónde se va el dinero”,

Cristian Pérez Herrera, abogado del despacho ANECOIN, quien no solo lleva las demandas contra los socios del FIGLOSNTE, sino que, según los pagarés mostrados, actúa como representante legal de Banco Azteca, entidad detrás de las deudas millonarias.

Redacción/Sol Yucatán

“Tiran a matar”, dice

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