Por José María Noguerol
Estación de Chamartín-Clara Campoamor, interior día: las obras y los días. Reformar y cerrar por un tiempo, reformar y seguir obrando, como en este caso, transportando personas de un lugar a otro de la Península Ibérica. Difícil.
Llueve, porco gobierno, sí. Pero también las actitudes, en el vestíbulo, en el tren. Y solo es lunes, el primero de agosto. Hay un catetismo de exigencia, requiriendo al Gobierno porque todo lo hace mal, e hizo mal, siempre y cuando sea de izquierdas, claro. Incluso promover los trenes de alta velocidad, que ahora resulta para iletrados analistas, que la red es excesiva o centralista.
La capacidad de coherencia social y territorial de la alta velocidad en España es un hecho incontestable. Quizás por eso no se lee a nadie escribir sobre l