Siempre reconoció que no sentía nostalgia de los lugares , fiel a su talante duro y alejado de lo sentimental, pero sin duda le emocionaría recordar, siquiera una pizca, el tiempo en el que vivió en su casa de Ravello, frente al mar Tirreno, con el que fue su pareja durante cincuenta años, Howard Austen. Precisamente, poco antes de la muerte de este, Gore Vidal dejó definitivamente Italia en 2003 para instalarse en el sur de California. Su larga relación con el país trasalpino nació cuando, con doce años, visitó Roma por vez primera y se quedó deslumbrado ante la Basílica de Massenzio, en el centro monumental de la Ciudad Eterna. Luego, en 1948, regresó junto a Tennessee Williams, y en 1959, recaló allí una temporada porque el cineasta William Wyler lo contrató, junto con el dramaturgo br
Todos los escritores conducen a Roma

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