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La atracción entre dos personas no es solo un asunto de feromonas o impulsos inconscientes. Cuando alguien “nos gusta”, lo que se activa es una compleja combinación de sensaciones físicas, impresiones psicológicas y necesidades emocionales. Ese primer impacto que llamamos atracción es apenas la punta del iceberg de algo mucho más profundo.
El primer filtro: la mirada y lo físico
Aunque parezca superficial, la atracción física sí tiene un peso importante en los encuentros iniciales. Pero no se trata solo de belleza convencional. El modo en que alguien se mueve, su voz, su estilo o su presencia pueden despertar interés. Estudios sobre percepción social indican que lo que más suele atraer son señales de salud, vitalidad y simetría facial, aunque los gustos per